Sin duda este lugar fue nuestro preferido de todo Eslovenia y una ruta que nunca olvidaremos. Se trata de una ruta circular de 8 kilómetros en la que te adentrarás en unos paisajes para alucinar. No hay que confundirla con la cueva Skocjan a pesar de que tienen el mismo nombre.
Este valle kárstico situado al suroeste de Liubliana se formó por el río Rak, que moldeó las cuevas que vemos hoy en día debido a los derrumbes que fue provocando.
El inicio de la ruta se encuentra entre Liubliana y las cuevas de Postoina. Para llegar hay que tomar el desvío de la carretera 914 que va paralela a la autovía. Es un camino de grava de unos 2 kilómetros hasta llegar al parking. También se puede aparcar al borde de esta misma pista un poco más adelante.
Antes de nada comentarte que si quieres ver esta ruta en vídeo, la tenemos grabada para nuestro canal de YouTube, te dejamos el vídeo aquí porque unas imágenes valen más que mil palabras.
Dicho esto, nada más comenzar la ruta bajaremos hasta un enorme puente natural atravesado por el río Rak, que a su vez avanza hasta la siguiente cueva para desaparecer y volver a surgir sus aguas kilómetros más adelante. Si vas en época de verano podrás pasar por dentro de este puente natural para continuar con la ruta. Si por el contrario vas en época de lluvias como nosotros, te tocará subir hasta la pista para continuar con la ruta.
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La ruta continúa por el bosque y a partir de aquí empieza lo bueno. Recomendamos llevar la ruta descargada y el mapa de Eslovenia en la app de Wikiloc porque aunque la ruta no tiene pérdida, siempre va bien saber en que punto estás por lo que pueda pasar, ya que hay varias zonas sin señal.
Llegaremos hasta el que para nosotros fue el lugar más espectacular de la ruta, el pequeño puente natural o Mali Naravni Most. Desde el mirador tendrás las vistas del siguiente destino.
Ahora tocará descender hasta el interior de la cueva para ver las maravillas que esconde este mundo subterráneo. Entraremos por una gran abertura por la que vuelve a pasar el río Rak y seguiremos su curso atravesando un pequeño puente de piedra hasta llegar a los «dos ojos», unas curiosas formaciones que al derrumbarse el techo de la cueva, ha creado el pequeño puente natural que vimos desde el mirador.
Después de haber hecho mil fotos del lugar, solo nos quedará volver al vehículo por la pista forestal. Es una ruta imprescindible si viajas a Eslovenia y muy fácil, lo único a tener en cuenta es llevar calzado adecuado, ya que en el interior de las cuevas las rocas resbalan por la humedad.
Te dejamos la ruta que seguimos nosotros en época de gran caudal del río.
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