Los últimos días de nuestro mes y medio recorriendo Noruega, dentro de nuestro gran viaje por Europa en camper, los dedicamos a conocer la zona del Cabo norte y la no tan conocida Península de Varanger.
Veníamos de visitar las Islas Lofoten y Senja y estabamos a la expectativa de que más nos podía ofrecer Noruega, ya que nos había dado tanto. Pero ya os adelantamos que no nos defraudó.
A la península de Varanger la tenemos un cariño muy especial, ya que fue el sitio donde más fauna vimos de todo Noruega. Durante el viaje por Noruega ya habíamos visto alces, bueyes almizcleros, renos y alguna nutria, pero en Varanger pudimos ver frailecillos (y otras muchas aves), ballenas, focas y pigargos europeos. Pero antes de contarte más sobre esta península, vamos con el famoso Cabo norte.
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Tabla de contenido
El cabo norte es el punto más septentrional de Europa continental al que se pueda llegar con vehículo.
Pero en realidad el cabo norte no es el punto más septentrional de Europa continental. Hay otro punto muy cerquita que os contamos un poco más abajo, que se adentra más en el mar, el cabo Knivskjellodden. Se accede a él por una ruta de unos 18km ida y vuelta con un desnivel de casi 400m.
El parking y la pernocta son gratuitos durante 24 horas. Si quieres ver el sol de media noche leerás por muchos sitios que este es un sitio «mágico» para hacerlo, pero nosotros siendo sinceros creemos que hay sitios mejores y más solitarios en Noruega para poder disfrutarlo, lo que pasa que cuando un sitio se hace tan famoso, parece que todos tengamos que ir en masa a hacer lo mismo hasta que el sitio en cuestión pierde todo el encanto, pero bueno, esto es solo una reflexión personal 😅.
Nosotros fuimos a visitarlo bien temprano por la mañana y ya había bastante gente (sobre todo autocares con turistas de los cruceros) y eso que el día no acompañaba.
Visitarlo es gratuito como ya hemos dicho, pero si quieres entrar al recinto donde está el museo, la cafetería y la tienda de souvenirs, tendrás que pagar 330NOK (32€ más o menos).
La ruta empieza desde un parking gratuito junto a la misma carretera que va al Cabo Norte y se puede pernoctar sin problema.
Verás muchos renos durante toda la ruta y si tienes suerte, puedes ver ballenas y orcas (entre Octubre y Febrero). Nosotros no tuvimos suerte.
Aunque no es una ruta muy dura, hay que ir bien equipado, ya que el clima en esta zona puede cambiar muy bruscamente en cuestión de minutos y en esas latitudes las tormentas no son ninguna broma.
Nosotros empezamos la ruta con todo el cielo despejado y justo al llegar al cabo, en cosa de 5 minutos nos cayó una tormenta con un viento impresionante y una niebla con una visibilidad de escasos metros. El tiempo en Noruega es muy cambiante y en el norte más aún.
¡Puedes ver la ruta en nuestro canal de YouTube!
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Es la tierra situada más al noreste del país y esta rodeada por las aguas del mar de Barents.
Nos dirigimos hasta la isla de Vardø, la cual está conectada al continente a través de un túnel submarino y es la población más oriental de todo Noruega.
Desde allí cogimos un mini-ferry para visitar la isla de Hornøya. El trayecto dura escasos 10 minutos y cuesta 60 € por persona (los tickets los venden en la oficina de turismo del pueblo).
La isla de Hornøya es un pequeño islote deshabitado, que junto a la isla vecina Reinøya, son una Reserva Natural donde muchas especies de aves marinas crían, entre ellas los frailecillos (se pueden ver en la isla entre primavera y verano, en la época de cría).
A principios de verano que es cuando fuimos nosotros, era un hervidero de aves de todo tipo. La isla se visita por un sendero marcado, y es muy importante no salirse de este para molestar lo mínimo posible a las aves, que están por todas partes, sin importarles para nada nuestra presencia.
Aunque la isla es muy pequeña, estuvimos 3 horas haciendo fotos y observando el ajetreo que nos rodeaba. El ferry va pasando cada hora o cada dos horas (el horario está en la oficina de turismo) para volver al puerto de Vardø. Nosotros pernoctamos el día de antes a la salida en el mismo pueblo con vistas al islote.
Otra de las cosas que recomendamos hacer si visitas la península de Varanger, es recorrer la carretera que une Vardø con Hamningberg, un pequeño pueblo lleno de renos en el que te sentirás que estás en el fin del mundo.
Es una carretera muy estrecha pero que el paisaje te dejará sin palabras. Nosotros además pudimos ver un montón de ballenas alimentándose y varias focas, además de pigargos europeos.
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