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La primera parte de nuestro paso por Turquía la dedicamos a recorrer el este del país. Es cierto que junto con la Capadocia, es la parte más turística y más parecida a lo que estamos acostumbrados en Europa, y también donde se encuentran los puntos más conocidos, pero aún así, descubrimos rincones muy interesantes.
La primera parada no podía ser otra que conocer la histórica ciudad de Estambul. Nos pareció una de las ciudades más interesantes que hemos visto hasta ahora. A pesar de que la ciudad está dividida en dos partes, la Europea y la Asiática, te hace sentir que ya te estás adentrando en Asia. Comida callejera en cada esquina, el olor de las innumerables especias por toda la ciudad, las grandes mezquitas, los bazares…
Como hay mucho que visitar, hemos hecho un post dedicado a los 2 días que estuvimos en la ciudad que puedes leer aquí.
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La península de Gallipoli aún está dentro de la parte Europea que pertenece a Turquía y desde allí se puede cruzar a la parte Asiática a través de un puente o ferry. El ferry se coge en el puerto de Kilibahir y en apenas 15 minutos llegarás a la ciudad de Çanakkale ya en la parte asiática. El trayecto nos costó 150 liras (7€ en 2023) y cruzar el puente cuesta más o menos el doble.
El nombre de la península te sonará porque aquí es donde se libró la batalla de Galípoli en la Primera Guerra Mundial, cuando los franceses y los británicos orquestaron un ataque para llegar hasta Constantinopla, la actual Estambul, y desembarcaron en las costas de esta península.
Aquí encontrarás bastantes museos y monumentos sobre esta batalla, ya que duró más de 10 meses y hubo muchas pérdidas en ambos bandos. Te recomendamos el museo Şehitlik Hastane Müzesi, que es gratuito.
En la ciudad de Çanakkale también se encuentra el mítico caballo de Troya, que además es el mismo que se usó en la película.
En la actual ciudad de Bérgama se encuentran las ruinas de la antigua ciudad de Pérgamo. Ubicada cerca de la gran ciudad de Esmirna en el sudoeste de Turquía, y además de por sus ruinas también es conocida por el comercio de alfombras, ya que dicen que las de esta localidad son de una gran calidad.
Te dejamos este artículo con toda la información sobre este lugar.
Una de las ruinas que más nos han gustado de todas las que hemos visto hasta ahora, han sido las de Éfeso. Éfeso era una gran metrópolis y la antigua capital de Anatolia. En la arquitectura hay símbolos de varias épocas ya que por allí pasaron tanto griegos como romanos. Debía su importancia a la situación geográfica tan privilegiada que tenía, ya que unía oriente con occidente o lo que es lo mismo, Europa con Asia.
La biblioteca de Celso es todo un espectáculo. También hemos hecho un artículo con toda la información que puedes leer aquí.
Las aguas que emergen del manantial a 320 metros de profundidad forman los conocidos travertinos, que son una solución de cal. Éstos son el resultado de la evaporación y descomposición del dióxido de carbono en el agua y la precipitación del carbonato de calcio.
Toda esta reacción química genera las torbas de piedra caliza de color blanco que forman esas pequeñas piscinas que cuando están llenas de agua tienen ese color azul turquesa tan bonito. Pero la mala noticia es que estas piscinas no siempre están llenas, ya que hay temporadas que cortan el flujo de agua para que se sequen y no se formen algas, lo cual le daría un aspecto menos apetecible para los turistas.
Para visitar Pamukkale pernoctamos en uno de los parkings gratuitos donde despegan los globos si el tiempo lo permite.
Desde el parking hay un caminito que te permite llegar hasta los travertinos que están fuera del recinto de pago y desde el dron vimos que las piscinas de pago estaban casi en su totalidad secas, así que decidimos ahorrarnos la entrada, ya que en Mayo del 2023 el coste era de 400 lt por persona (casi 20 euros).
La entrada también te permite acceder a las ruinas de Hierápolis. Esta antigua ciudad debe parte de su fama a las aguas termales del lugar que se creía que tenían poderes curativos y muchos pacientes se quedaban de forma temporal o permanente para hacer los tratamientos. Algunos de ellos tienen sus tumbas en la necrópolis de la ciudad ya que no era posible su curación y morían allí. A día de hoy hay algunos estudios que apoyan que las aguas ayudan en enfermedades cardiovasculares entre otras.
Nuestra opinión es que Pamukkale es un lugar muy sobrevalorado y no nos mereció la pena pagar casi 40€ por ver el lugar en ese estado (piscinas vacías), ya que cerca del parking que hemos comentado, puedes pasear por los travertinos de forma gratuita. Igualmente no nos arrepentimos de habernos acercado hasta el lugar porque pudimos ver estas formaciones tan curiosas de cerca.
¡Puedes ver todos estos lugares en vídeo en nuestro canal de Youtube!
Este precioso lago está a una hora y media en coche desde Pamukkale, en una zona que se llama “región de los lagos”. Tiene una profundad de 196 metros lo que lo convierte en uno de los lagos más profundos del país, pero no es eso lo que llama la atención de los que nos desplazamos hasta allí.
Lo curioso de este lago, que está a 1.139 metros de altitud, es el color turquesa del agua producido por los sedimentos blancos que se depositan en la orilla y que hace parecer que estés en una playa de las Maldivas. Por toda la costa hay un mineral de hidromagnesitas que cree que ayuda a sanar enfermedades dermatológicas.
Hay alguna zona que tiene entrada privada a estas playas y que por tanto se tiene que abonar una entrada. Nosotros estuvimos en una playa con entrada libre y además, pernoctamos allí con unas vistas increíbles.
En la pequeña ciudad de Dalyan pasa un río serpenteante que llega hasta la bonita playa Iztuzu, donde además de formar un paisaje precioso, anida la tortuga boba “caretta caretta”. En la misma playa hay un centro de recuperación de esta especie con visita gratuita (aceptan donaciones). Es bastante interesante la labor que hacen y además podrás ver las tortugas que allí están en recuperación para volver a ser liberadas.
Para llegar hasta la playa hay infinidad de embarcaciones desde Dalyan que se pueden contratar desde 5€ por persona. También se puede llegar con vehículo hasta el gran parking de la playa. El precio es para todo el día y cuesta 70lt (3,27 euros) para autocaravanas o campers, y 50 lt (2,33 euros) para coches. Por la noche no está permitido permanecer en la zona ya que es cuando llegan las tortugas a la costa para hacer sus nidos y desovar.
Te recomendamos, si tu condición física te lo permite, subir hasta el pico de la montaña donde esta el Radar Tepe Manzara Noktasi (mapa abajo de todo el artículo), ya que desde allí tienes unas magnificas vistas de la playa y de toda la zona. Para llegar hay un camino de tierra que llega hasta la cima pero en algunos puntos se vuelve muy empinado y complicado sin un vehículo 4×4, así que si no tienes este tipo de vehículo lo mejor es aparcar antes y seguir andando como hicimos nosotros. Realmente fue poco rato y las vistas merecen la pena.
La ciudad de Dalyan es muy pintoresca pero poco representativa de lo que sería una ciudad turca, ya que está hecha por y para el turismo, con todo tipo de restaurantes y tiendas de souvenirs. Aun así si estás por la zona creemos que merece una visita, ya que los alrededores son muy bonitos. También posee las ruinas de la antigua ciudad de Kaunos y desde el puerto se pueden ver las tumbas de los reyes licios excavadas en la roca, y por la noche iluminadas son todavía más curiosas.
Si quieres comer en un restaurante turco 100% y con precios para los locales y no para los “guiris”, te recomendamos que te alejes un poco del puerto y vayas al restaurante que pertenece a la cadena que se llama Lokantasi (el restaurante se llama Comert Lokantasi). Fuimos varias veces y por unos 5€ tuvimos una comida completa para 2 y además un restaurante local de verdad, con comida turca y gente local.
El tiempo que estuvimos en la ciudad aparcamos en la zona residencial cerca del puerto y no tuvimos problemas en pernoctar tampoco.
Termas naturales con entrada y aparcamiento gratuitos, ya que pertenecen al municipio de Dalaman. Cuando entras hay un paseo con varias entradas al agua, y si sigues un poco más adelante llegarás a un parque donde hay juegos para los niños y justo a la izquierda hay dos piscinas mas pequeñas tipo jacuzzi, que es donde estuvimos nosotros disfrutando de estas aguas termales. La temperatura del agua es más bien templada y estaba todo muy limpio.
También hay un restaurante, vestuarios y baños pero no hay ducha para quitarte el típico olor a azufre de este tipo de lugares. Tampoco se puede pedir más siendo gratuito.
Myra era una antigua ciudad de Licia que conserva un gran teatro romano y dos complejos de tumbas excavadas en la roca del siglo IV a.C. La lástima es que solamente se pueden ver por fuera y no se puede entrar en su interior pero aun así son un espectáculo.
Hay parking gratuito en el que se puede pernoctar aunque nosotros preferimos hacerlo en otro lugar de la costa. La entrada nos costó 180 lt por persona (8,40 euros) y como en el resto de ruinas en Turquía, la entrada con perro está permitida.
Dicen que es una de las playas más bonitas de Turquía y realmente está en un entorno precioso. Para ver la playa y pernoctar lo hicimos en un parking gratuito en el pequeño pueblo turístico de Çirali.
A apenas 10 minutos en coche puedes hacer una pequeña caminata para ver los fuegos de Yanartas, que en turco significa rocas ardientes. Son pequeños fuegos permanentes provocados por la salida de gas metano a través del suelo. El sendero comienza ascendiendo y en unos 20 minutos llegarás a los primeros fuegos. No esperes una gran ladera de fuegos, hay unos 5 o 6 fuegos encendidos. Si quieres puedes continuar el camino más arriba hasta otro grupo de fuegos, aunque estos son más pequeños.
El parking es gratuito, aunque si quieres pernoctar allí lo más seguro es que te pongan una tarifa. La entrada a los fuegos es de 30tl por persona (1,40€). La hora más concurrida es cuando falta poco para oscurecer ya que es cuando mejor se ven las llamas.
Es un cañón de 2 km de largo, unos 20-30 metros de ancho y con una profundidad de 115 metros y un arroyo que trascurre en el fondo. Las vistas son impresionantes porque es como una gran brecha en el suelo, justo debajo de tus pies.
Se puede llegar con el vehículo hasta el mismo cañón, y es un lugar habitual donde los locales vienen a hacer picnics o acampar. Nosotros pasamos un par de días muy tranquilos en la zona del bosque, explorando un poco la zona y paseando por los varios senderos que hay. Es una muy buena zona si quieres desconectar unos días en plena naturaleza antes o después de ir al siguiente destino.
Encontramos estas ruinas por casualidad, de esos lugares que no tienes apuntados y descubres cotilleando el mapa. Así que fuimos a probar y suerte que lo hicimos porque fue una de las ruinas que más nos gustaron de Turquía.
Están dentro del Parque Nacional del Monte Gulluk Termesso a más de 1.000 metros de altitud. La entrada al parque es de 50tl (2,4 €).
Desde el parking hay que hacer un poco de senderismo por la montaña para ir encontrando las diferentes zonas de ruinas, y eso le da un toque extra de aventura a la visita. Lo más impresionante es el teatro en lo alto de la montaña, y creernos cuando decimos que es el teatro antiguo con mejores vistas que hemos visto nunca.
El resto de ruinas están muy bien integradas con la vegetación y el entorno, y te sentirás como Indiana Jones explorando el lugar.
No es uno de los lugares más famosos de Turquía y quizás por eso fue uno de los que más nos gustó, así que te lo recomendamos al 100×100.
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Gracias por tanta información. Me parece excelente
Muchas gracias Luis! 🙂
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