Viajamos al norte de Suecia en Septiembre del 2020 para conocer la zona de Laponia. Teníamos 2 semanas de vacaciones, así que decidimos dividir ese tiempo en 2 rutas. La primera semana la dedicamos a recorrer parte de la ruta de senderismo Kungsleden o «Camino del rey» durante 5 días y 105 km, y la segunda semana alquilamos un coche para conocer un poquito más el norte de Suecia, que si también te interesa esta segunda etapa en coche te lo explicamos en este otro artículo.
En este artículo nos centraremos en la primera etapa del viaje donde conocimos a pie, la naturaleza más salvaje y solitaria de la Laponia Sueca. Un camino lleno de paisajes increíbles en el que te sentirás que estás tú solo en el mundo.
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Nuestro vuelo con origen en Barcelona, aterrizó a las pocas horas en la ciudad de Estocolmo. En la misma terminal cogimos el tren que después de 13h de trayecto, nos llevaría a nuestro destino final. Llegamos a la parada donde empieza la ruta, Abisko Ostra, (la parada de antes es la ciudad de Abisko, no confundirse). También podrás llegar hasta la ruta con un vuelo interno a Kiruna y después coger el tren hasta Abisko Ostra.
Allí había una pequeña tienda con suministros varios para la caminata, donde compramos un par de botellas de gas para nuestro hornillo y algunos víveres. Después de hacer estas pequeñas compras nos pusimos en marcha para iniciar nuestra ruta de 5 días a pie por el Kungsleden.
El nombre del sendero es Kungsleden «Camino del Rey» y tiene una longitud total de unos 440km, desde Abisko en el norte hasta Hemavan más al sur, pudiendo hacerse en cualquiera de los 2 sentidos. Dentro de este sendero hay diferentes variantes con diferentes longitudes y dificultades. La ruta que nosotros escogimos iba desde Akisko Ostra hasta la población de Nikkaluokta, con una longitud de 105 kilómetros. La ruta la completamos en 5 días a una media de 20km al día, aunque el clima es muy cambiante en esta zona y eso influirá en los días que necesites para terminarla. A continuación te dejamos un resumen de cada etapa con los kilómetros que hicimos cada día, y la web oficial con toda la información del sendero.
Kungsleden
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Decidimos llevar la tienda de campaña y la comida para todos esos días, aunque eso implicaba llevar mucho peso en la mochila y tener que asearnos con el agua de los ríos, que te podemos asegurar que estaba bien fría. Aunque si no quieres hacerlo tan salvaje, hay una opción un poco más cómoda de hacer la ruta. Puedes alojarte en los refugios que encontrarás al acabar las etapas, cada 15 o 20 kilómetros (los refugios abren de Junio a Septiembre, hay que informarse antes y reservar). Otra de las opciones puede ser una combinación de ambas, pero eso implicaría llevar el peso de la tienda de campaña igualmente y llevar la ruta muy planificada para saber que días tienes que reservar en cada refugio.
Las reservas en los refugios dependiendo de la época en que vayas, las tendrás que hacer con antelación, o probar suerte sobre la marcha de que tengan hueco para esa noche.
Creemos que una de las mejores épocas para hacer la ruta es a principios de Septiembre, cuando la temperatura, aunque fría, aún te permite disfrutar sin congelarte y además los colores otoñales están en pleno apogeo. Sin mencionar que la cantidad de personas que realizan la ruta en esta época disminuye comparado con los dos meses anteriores, y aunque no sea la mejor época para ello ya se pueden empezar a ver las auroras boreales bailando por el cielo. Por contra en esta época, también hay más lluvias, a nosotros nos llovió durante 2 días sin parar. En invierno para los amantes de la nieve y del frío también se puede realizar la ruta con esquís o moto de nieve.
La ruta está muy bien señalizada y en las zonas donde hay humedales o rocas que impiden el avance, hay unas pasarelas de madera y para cruzar algunos grandes ríos hay puentes colgantes. En eso de cuidar y mantener las rutas de senderismo los nórdicos saben lo que hacen.
Durante todo el camino te encontrarás en un paisaje impresionante rodeado de montañas, vegetación típica de la tundra y manadas de renos. Muchos de ellos aunque parece que son salvajes, pertenecen a los poblados Samis (pastores de renos) que aún viven aislados en el norte de los países Escandinavos y que durante la ruta, podrás ver algunos pequeños asentamientos. Un poco más difíciles de ver son el alce, oso, zorro ártico o el peculiar Glotón, pero si estás atento y en el sitio y momento adecuado puede ser que los veas.
En la variante que escogimos nosotros no tuvimos que cruzar ningún lago, pero si haces otra variante deberás hacerlo. La manera de cruzarlos es simple, te tocará remar. El sistema es el siguiente: en cada lago hay 3 barcas y siempre tiene que haber como mínimo 1 en cada lado del lago, es decir, si cuando tú llegas para cruzar solamente te encuentras 1 barca, deberás remar con esa barca hasta la otra orilla y desde allí remolcar otra de las barcas hasta la orilla de la que tú partiste, de manera que dejes 1 barca disponible para la siguiente persona que quiera cruzar. Resumiendo un poco, si tienes la mala suerte de encontrar sólo 1 barca en tu lado, te tocará hacer 3 viajes para poder cruzar.
En algunos lagos hay servicio de pago de traslado con barca a motor en época estival.
En cuanto a la comida, en los refugios encontrarás comida y bebida pero a un precio bastante elevado. Nosotros llevamos desde casa comida liofilizada y fue un gran acierto, ya que ocupa poco, pesa muy poco y se prepara muy fácilmente añadiéndole agua caliente, y además sorprende lo rica que está.
En Suecia como en todos los países nórdicos se permite hacer fuego en casi cualquier sitio. Así que para calentarte por las noches o cocinar no tendrás problema, incluso en algunos refugios guardan leña y sierras para cortar los troncos que tienen almacenados y que te dejarán utilizar aunque no tengas reservada la noche en el refugio.
Una vez acabamos la ruta y llegamos a Nikkaluokta cogimos el autocar que nos llevó a la ciudad de Kiruna, donde teníamos alquilado el coche para empezar la segunda etapa del viaje. El billete lo compramos directamente en Nikkaluokta en la web de la compañía mientras esperábamos el autocar. Aquí os dejamos la web para comprarlos.
Dicho todo esto, nuestra experiencia haciendo esta ruta fue muy satisfactoria. En todo momento sientes que estás ante una naturaleza muy salvaje, en mitad de la nada y con un paisaje que te deja con la boca abierta. Si decides hacerlo en otoño, vas a alucinar con la gama de colores de la vegetación.
Nosotros nos dejamos pendiente para otra ocasión, recorrer los 440km del Kungsleden entero.
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