En la ruta por Grecia con nuestra furgoneta camper, dentro de nuestro gran viaje por Europa, visitamos una de las islas del país.
Creta es la isla más grande de Grecia y la quinta más grande del mar Mediterráneo. Fue el centro de la más antigua civilización que se tiene registro en Europa, hablamos de la civilización minoica (2700 – 1420 a.C).
Tiene un clima muy ventoso y sus altas montañas hacen que aunque esté ubicada muy al sur, tenga nieve en invierno. Además al ser tan grande el clima cambia entre una parte de la isla y otra. Siendo la zona del este la más árida, con menos lluvias y más desértica y la zona oeste mucho más frondosa y con más precipitaciones.
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Para llegar con vehículo se puede hacer a través de uno de los ferris que conectan el continente y otras islas con Creta. Nosotros para llegar a la isla con nuestra furgoneta, lo hicimos desde el puerto de Atenas. El trayecto es de 9 horas y media y nos costó 216 euros, la furgoneta y nosotros dos (el perro es gratuito).
Dentro del barco puedes llevar al perro con trasportín y si no tienes la opción de quedarte con él en cubierta o meterlo en unas jaulas que tiene el barco a disposición. Aunque si tu presupuesto es más elevado que el nuestro, también hay camarotes que te dejan ir con mascota.
Nosotros hicimos un poco de trampa y como viajamos por la noche, nos metimos en una sala que está en cubierta a dormir en el suelo con nuestro perro.
Cogimos el ferry con la compañía Minoan Lines porque era la única compañía que nos daba la opción de elegir furgoneta desde la web. Nuestra sorpresa es que a la hora de embarcar, el revisor nos informó que la categoría no estaba bien elegida y que teníamos que pagar la diferencia. Al final después de un mal rato y un buen cabreo, tuvimos que pagar 67 euros más de los 149 euros que ya habíamos pagado por la web, por la mala gestión de la compañía del ferry.
Habiendo tenido esta experiencia y conociendo otros viajeros que han tenido historias similares, nuestra recomendación es, comprar los tickets en la oficina del puerto y que vean el vehículo que tienes para evitar pasar el mal rato de sentirte engañado.
A la vuelta no volvimos a Atenas, sino que cogimos el ferry que te lleva hasta Gitión, en el sur de Peloponeso y que tarda unas 7 horas.
Para coger los billetes online lo hicimos a través de esta página web.
Ahora que ya hemos explicado como llegar a las islas, vamos a explicar los lugares que visitamos en Creta.
Acabábamos de llegar a la capital de Creta, Heraclión y buscamos rápido un sitio para descansar después de la mala noche en el ferry y así es como encontramos esta cueva.
Nos impresionó su gran tamaño y aunque el camino se adentra en ella 450 metros, nosotros solamente entramos unos pocos metros. La verdad es que estábamos muy cansados del viaje y no teníamos las luces cargadas. Pero solamente esos metros ya nos impresionaron, así que si estáis por la zona y tenéis buenas luces y un buen calzado, creemos que puede ser una experiencia muy divertida.
¡No te pierdas estos lugares y más en vídeo!
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Es una zona insular deshabitada formada por la península de Spinalonga, la isla de Spinalonga, la isla de Kolokythas y algunos islotes pequeños.
Nosotros aparcamos en el primer parking que hay al entrar a la península. Esta está unida al continente por una carretera que serpentea por el mar y que tiene el acceso prohibido a vehículos que pesen más de 3,5 toneladas.
Allí hicimos una ruta de senderismo de 17 kilómetros que bordeaba toda la península y que nos llevó hasta el cabo donde pudimos ver muy cerca la isla de Spinalonga, algunas playas muy bonitas como la playa de Kolokita y la iglesia de San Lucas. Eso sí, la mayor parte de la ruta es «campo a través». No es una ruta difícil, pero no es apta para todo el mundo ya que hay que caminar sobre piedras y densa vegetación, en cambio hay otra ruta más corta que te lleva a la playa y la iglesia y que no tiene tanta dificultad, aunque te pierdes la vista de la isla de Spinalonga desde la península.
Para llegar a la pequeña isla de Spinalonga también se puede hacer con los barcos que te llevan desde la costa de enfrente y que cuestan 10€ por persona, luego para entrar en la fortaleza hay que pagar una entrada de 8€.
La fortaleza de la isla fue construida por los venecianos en el 1579, encima de una antigua acrópolis. Después de mucho batallar, los turcos otomanos tomaron el control en el 1715. Cuando empezaron la revuelta cretense, muchas familias musulmanas se escondieron allí por miedo a represalias, hasta el 1903 que se convirtió en una colonia de leprosos, entre el 1903 al 1957.
Nos dirigimos al este de Creta para hacer una de las rutas más conocidas de la isla. Esta pasa por la cascada Richtis y la playa con el mismo nombre.
Hay dos opciones donde aparcar para comenzar la ruta. Un parking en la parte alta, en la misma carretera E75, y el otro está muy cerca de la playa. Si te decides por esta última opción, tienes que saber que aunque la carretera está pavimentada, la pista es estrecha y tiene un gran desnivel. Por ese motivo nosotros preferimos no arriesgarnos con la furgoneta y aparcar en el parking de arriba, aunque la ruta es más larga.
La ruta circular es de unos 12 kilómetros. Empezamos descendiendo por la garganta hasta que nos encontramos con la cascada Richtis, cruzando por algunas pasarelas que han puesto en los pasos más complicados, así que no es una ruta difícil. Después seguimos descendiendo hasta llegar a la playa de Richtis.
Allí hay varias mesas de picnic, cubos de basura e incluso una fuente de agua. Lo siguiente ya fue volver hasta el parking superior por la pequeña pista.
La entrada a las cascada cuesta 3 euros por persona y te los cobran en las casetas que se encuentran en los dos inicios de la ruta. Nosotros hicimos la ruta a finales de invierno y allí no había nadie así que la pudimos hacer sin pagar.
Nos adentramos un poco más en el extremo este de la isla, que es también la zona más árida, para hacer una ruta de 10 kilómetros por el llamado valle de los muertos.
Aparcamos en el “parking B”. Desde allí hay una pequeña bajada entre rocas hasta llegar al valle, donde caminas con las altas paredes de la garganta a ambos lados.
En esas mismas paredes están las cuevas que servían de tumba para los minoicos y que dan nombre al valle.
Si sigues la ruta llegas a la playa de Kato Zakros y un poco antes está el palacio minoico de Zakros. Después de darte un baño en la bonita playa, la ruta continúa por la antigua carretera de grava y a mitad de camino encontrarás el mirador de la garganta en el que tendrás unas vistas increíbles!
Si quieres ver algo diferente en la isla, te proponemos hacer una visita al pueblo abandonado de Kalami. Intentamos buscar la historia del abandono y por desgracia no la encontramos.
No es un lugar nada turístico, nosotros lo encontramos mirando cosas para ver en la zona en Google maps. Mientras paseas por el pueblo muchas de las casas están abiertas y puedes entrar. Eso sí, con un poco de cuidado ya que en algunas hay perros que por lo que vimos estaban encerrados (suponemos que los cazadores los guardan allí o algo por el estilo) y se ponen bastante fieros cuando pasas.
Pero aún con eso puedes pasar un rato bastante entretenido viendo lo que queda de un antiguo pueblo de Creta.
La cascada de Aba se encuentra en el sur de Creta y cae por un acantilado, donde acaba el cañón de Aba.
El vehículo se puede dejar al final de la pequeña carretera asfaltada que te lleva hasta la cascada, justo antes de la puerta metálica para guardar el ganado. Una vez pasas la puerta, en pocos minutos llegas al mirador de la garganta desde el que podrás ver la cascada, que si tienes suerte verás con agua. Solamente por las vistas desde lo alto de los acantilados con el mar de fondo, creemos que ya merece la pena ir.
Si eres muy aventurero y tienes un poco de conocimiento, puedes seguir la ruta que te hace descender por el acantilado con la ayuda de unos agarres metálicos en las rocas. Nosotros nos conformamos con las vistas desde el mirador.
Mira las imágenes con el dron de la garganta y la cascada porque son increíbles!
La isla de Creta tiene algunas de las mejores playas que hemos visto en Grecia. La costa se extiende 1040 kilómetros y es uno de sus mayores atractivos.
Durante el mes que estuvimos visitando la isla, pernoctamos todas las noches en alguna playa, así que pudimos ver unas cuantas. A continuación os nombramos algunas de las que más nos gustaron o que tienen algo especial.
La playa de Mátala está en el pueblo con el mismo nombre. Este es famoso por ser en los años 70 un lugar donde se juntaban los hippies, hasta que las autoridades locales los echaron.
La playa también es conocida por tener en las paredes laterales de los acantilados cuevas artificiales. El origen no se sabe muy bien cual es, pero se cree que puede ser obra de los romanos o de los cristianos que utilizaban estas cuevas como tumbas.
Se puede estacionar en el parking de la playa. Tanto el estacionamiento como la entrada a las cuevas es de pago en temporada alta, así que ya veis que muy hippie no sigue siendo el lugar aunque para llamar al turista todo está decorado como si lo fuese.
La entrada a las cuevas en temporada baja está cerrada.
Es una playa muy larga donde pudimos llegar hasta la misma arena con la furgoneta y pasar una noche muy buena allí. El nombre de la playa viene por las tres rocas que se adentran en fila en el mar y forman una preciosa escena ideal para la fotografía.
La carretera para llegar está pavimentada, pero es bastante estrecha y como la mayoría de las carreteras secundarias de Creta, te vas a hartar de curvas.
Por la misma zona hay otra playa, a unos 20 minutos en vehículo, que también visitamos y que tiene unas formaciones rocosas muy peculiares, playa Agios Pavlos.
Esta playa tiene una peculiaridad y es que en ella desemboca un río que está rodeado por el segundo palmeral más grande de Creta.
La furgo la puedes dejar en el parking de la playa Dionyssos que además es gratuito y se puede pernoctar. Para llegar al palmeral hay un caminito por la costa y en 5 minutos estarás en la playa.
Muchos consideran esta playa la más bonita de Creta, incluso algunos la consideran la más bonita de toda Grecia. Nosotros como no hemos visto ni todas las playas de Creta, ni todas las de Grecia, no podemos decir si es así. Pero si que podemos decir que es una de las mejores playas que hemos visto en Europa.
Para llegar hay tres formas de hacerlo
Conducir por la pista de tierra que te lleva al parking de la playa. La pista es de unos 8 kilómetros y se tarda una media hora en recorrerla, así que ya os podéis imaginar que no está en muy buen estado, aún así nosotros la hicimos con la furgoneta y no tuvimos problemas. Desde el parking hay un camino que baja por unas escaleras hasta la misma playa. En temporada alta la entrada y el parking son de pago.
Otra opción, si no quieres meterte por la carretera con el vehículo, es dejarlo aparcado antes y hacer toda la pista caminando.
La última opción sería contratar un pasaje en uno de los barcos que salen desde Kissamo. Por lo que hemos leído cuesta unos 30 euros.
Una de las ciudades más visitadas en la isla de Creta es Chania, situada en el noroeste de la isla. Es una ciudad donde se puede ver la mezcla de culturas que han poblado la isla y tiene un bonito puerto veneciano.
Aparcamos la furgoneta en un pequeño parking gratuito en la costa, a tan sólo un par de minutos del puerto y del centro. Desde allí dimos un paseo por el puerto con la imagen de los edificios de colores de fondo que le dan un ambiente muy alegre y una imagen muy pintoresca. A mitad de camino nos encontramos con la mezquita de los Jenízaros, la cual tiene varias cúpulas y fue construida por los turcos en el 1645.
Todo el paseo está repleto de tiendecitas de souvenirs y restaurantes, que para nosotros le quita un poco el encanto, pero aún así fue agradable pasear por allí en temporada baja cuando aún todo está un poco parado y más tranquilo.
Otros lugares de la isla de Creta que nos hubiese gustado visitar y que por diferentes circunstancias no pudimos son:
Otras entradas
